22 ago 2025

Religión de los antiguos canarios

Foto: Abinque Iruene (Nicolás Trujillo).

IZURAN. La erradicación de las creencias religiosas de las poblaciones originarias de Canarias para imponer el cristianismo fue un objetivo prioritario de los conquistadores y colonos europeos. Es por ello que conocerlas constituye todo un desafío ¿es posible saber cómo eran las creencias profesaban los amaziges isleños?  

En este artículo veremos de manera muy resumida algunas nociones de lo que sabemos sobre la fe que profesaban nuestros antepasados antes de la cristianización. 

"Profesaban sistemas de creencias animistas o naturistas por lo que los europeos los identificaron como paganos o gentiles."

 Caracterización y cosmovisión 

 Aunque las fuentes históricas son escasas y fragmentarias, la investigación arqueológica, antropológica y lingüística nos permiten reconstruir, al menos parcialmente, las bases de su cosmovisión y ritos más significativos. Si bien la información sobre Gran Canaria y Tenerife es más amplia, también tenemos datos sobre las islas más orientales y occidentales.

Las poblaciones originarias del archipiélago canario profesaban sistemas de creencias y prácticas con una base común con componentes animistas, por lo que los europeos los identificaron como paganos o gentiles. Esto quiere decir que para los antiguos isleños, al menos algunos elementos de la naturaleza tenían alma propia siendo determinados astros, montañas y árboles sacralizados. Estas creencias animistas o naturistas también fueron características de los libios (antiguos amaziges) antes de la llegada de las religiones abrahámicas como el cristianismo, el judaísmo y finalmente el islam al Norte de África. 

"Estas creencias animistas fueron características de los antiguos amaziges antes de las religiones abrahámicas."

Como tantos pueblos de la antigüedad, la cosmogonía (interpretación del origen del universo y la vida) debió estar vinculada a la supervivencia, siendo la naturaleza y el tiempo fundamental para su organización social e identidad. Comprender los ritmos y ciclos de la naturaleza era indispensable para la adaptación y desarrollo de la sociedad.

 Sin herramientas y calendarios modernos, la observación constante del cielo; movimientos de estrellas, solsticios y equinoccios, ciclos de lluvia, etc. era necesaria para planificar la existencia. Así, generación tras generación, la población amazige isleña alcanzo un alto conocimiento del entorno que le permitió sobrevivir más de un milenio en un casi total aislamiento. 

[...] ilos maestros eran mujeres para niñas, íhombres para enseñar muchachos; no conocíeron letras ní caracteres (aunque se Valían depinturatosca). La doctrínaeran historias como corridos i jacaras deValientes, desusReíes i hombres señalados, linajes, iotras cosas decampo de plantar, sembrar, illuuias, íseñales delostiempos Como pronosticos en refrançitos.

                                                                                                       Cedeño ( 1490)

Religión astral 

Las perseidas en los días del Beñesmer. Foto: Juan Manuel Caballero

Como señalan las fuentes de manera reiterada, el ámbito celestial y astral fue el de mayor peso en la fe y culto de los insulares. 


«(…) que en Canaria y otras islas adyacentes, llamadas Islas Afortunadas, hay personas de uno y otro sexo que no tienen leyes ni siguen secta alguna, sino que sólo adoran al Sol y la luna (…).»

Urbano V (Bula de 2-IX-1369)

«[...] su única práctica de devoción consistía en prosternarse ante el sol en el momento de su aparición. No conocían ninguna religión, y jamás misionero alguno les llevó alguna doctrina.»

Ibn Jaldún (1374-1382) 1977: 169.

«Su juramento [el de los guanches de Tenerife] era por el sol, e le llamaban Mageb...»

Antonio Cedeño (1490)

«Tenían [los ahoares de La Palma] gran cuenta con los días, por las lunas, a quien tenían veneración, y con el sol.»

Abreu Galindo (1590)


Como ya señalaron autores clásicos como Cicerón o Plinio el Viejo, estas características astrales y naturalistas fueron también representativas del imaginario bereber continental. Incluso el mismísimo Heródoto, varios siglos antes de nuestra era, atestiguó que todos los libios (es decir, norteafricanos) también hacían: 


«sacrificios al sol y a la luna (…) todos los libios ofrecen sacrificios a esas divinidades»

[Heródoto, IV, 188]


Más tardíamente, el célebre humanista León el Africano, profundiza algo más en las antiguas creencias de los Africanos de la antigüedad (en este caso, en referencia a los antepasados de los bereberes norteafricanos). 


«Los Africanos de la antigüedad fueron idólatras como los Persas que adoran el fuego y el sol [...] Es verdad que los Africanos de Numidia y de Libia adoraban a los planetas y les hacían sacrificios. [...] Las gentes que profesan estas creencias admiten que las esferas celestes, el firmamento, los elementos, los planetas y todas las estrellas son un dios»

[León el Africano, en Fanjul (de.) (1995), pp. 44-5.]


Divinidades amaziges de Canarias


 "Parece haber existido una divinidad principal con diversas denominaciones."

Las fuentes europeas nos transmiten que los naturales creían en una sola divinidad, y aunque posiblemente esta afirmación pueda estar influida por el monoteísmo cristiano, parece haber existido una divinidad principal con diversas denominaciones y en proceso de humanización. Que astros como el sol (Magec), la luna y algunas estrellas fueran veneradas, no debió ser obstáculo para la creencia en un dios universal «hacedor y sustentador del mundo» como señaló Espinosa, y que fuera «Senor que governaba el mundo, y las cosas sublunares» como indicó Marín de Cubas. 


«A Dios ínVocaban Con diferentes nombres de grande, altísimo, iseñor VniVersal; Hucanech, Manceíto. Acoron, Achaman»

                                                                                                                       Cedeño (1490)

Otro aspecto fundamental parece haber sido el localismo, es decir, que algunas de las divinidades tuvieran un alcance o jurisdicción comarcal o insular, o al menos denominaciones y características variadas según el territorio. Esto sería totalmente comprensible si consideramos el aislamiento insular prolongado y la carencia de unidad política y territorial. Esto mismo fue una característica marcada de las creencias líbico-bereberes de la antigüedad. 


Isla

Nombre de deidad y descripción

Ezero [Aẓeṛu]

-Moneiba [mənəy-ibba?]: Diosa que adoraban las mujeres. Bajaba a un roque llamado Bentayca a escuchar juramentos y cumplir ruegos por la lluvia para la hierba de sus ganados. Luego regresaba al cielo.

-Eraoranzan, Eraoranhan [Era-uraghan?]: Dios que adoraban los hombres. Bajaba a un roque llamado Bentayca a escuchar juramentos y cumplir ruegos por la lluvia para la hierba de sus ganados. Luego regresaba al cielo.

Venahoare [Wenahuware]

-Abora: Divinidad celestial a la que hacían referencia.

-Ydafe [Iḍaf]:Divinidad que recibía culto en un roque que lleva su nombre.

Gomera [Ghumara]

-Orahan [Uraghan?]Dios que creó todas las cosas.

Achineche [Acinic]

-Acoron [Aqquran?], Achaman [Aššaman?], Hucanech, Menceito:

Distintas denominaciones dadas a Dios.

-Achguayaxerax [At-wayya-aghir-agh?]: El grande, el sublime, el que todo lo sustenta.

-Achuhucanac: El grande, el sublime, el que todo lo sustenta.

-Achuguayo : El ser supremo

-Atmayceguayaxíraxí [At-mas-wayya-aghir-agh?]: La madre del que carga al mundo

-Chaxíraxí [Ta-aghir-agh?]: La que carga al que tíene al mundo.

-Guayaxíraxí [Wayya-aghir-agh?]: El que tiene el mundo

-Magec, Mageb [Magheq?]: El sol, por el que juraban con gran recato y respeto.

Canaria [Kanar]

-Acoran [Aqquran?]Dios eterno, omnipotente señor del cielo y tierra criador y hacedor de todo.

-Magec [Magheq?]: El sol, por el que juraban con gran recato y respeto.

Erbanne [Arbanni]

-Sin referencias-

Tyterogaka [Titerughaka]

-Magot [Magheq?]: El sol, por el que juraban.


La noción del mal 

Lavas del Volcán Tajogaite. Foto: Saul Santos.

«[...] decían quelalma notenía pena o gloria mas Conocían hauer ín fíerno íqusolamente era parael demonío llamado guaíota íaelin fíerno Echeíde íquehauitabaen el volcan deelpícodetéide í assí lellamaronis Ladelín fíerno» 

                                                                                                                     Cedeño (1490)

En el imaginario de los antiguos canarios también encontramos entidades malignas vinculadas a las profundidades de la tierra, especialmente las que contenían lavas volcánicas y azufre en su interior. 

Las fuentes identifican entidades diabólicas, destacando una principal en Tenerife y Gran Canaria llamada Guayota [Wayyut] que vivía en el interior de la tierra. Por otro lado, también se referencian otras entidades malignas descritas como grandes perros lanudos que podían aparecerse llamadas Yruene [irggʷăn] o Haguanran [Hawamran] en La Palma, Yrguan [irggʷăn]  en La Gomera, Gucancha en Tenerife y Tibicenas en Gran Canaria. Lo más similar a la idea del infierno, Echeyde [eššaḍ] o Chimichi [čimešši], se encontraba en el interior del Teide o Taraire y, creemos, que por extensión en el interior de todos los volcanes activos. 

Los hijos del sol 


Magec visto desde la cumbre de Gran Canaria. Foto: Nacho G. Oramas.

 Sobre el origen del ser humano, la escasa información que nos ha llegado pudiera estar contaminada por la propia doctrina cristiana pero también es cierto que explicaciones míticas de este tipo no son exclusiva de la religión de la cruz. Así, el padre Espinosa recogió a finales del siglo XVI no sólo como la divinidad principal creó a a las personas sino el origen de las diferencias sociales entre las mismas: 


«Tenian los naturales para si, que Dios los auia criado del agua y dela tierra, tantos hombres como mugeres, y dado les ganado para su sustento: y despues crio mas hombres, y como no les dio ganados, pidiendoselos a Dios les dijo, serui[d] a esotros y daros an de comer y de alli vinieron los villanos que siruen y se llaman Achicaxna»

                                                                                                                   Espinosa (1594) 

Además de agua y tierra, el ser humano contaba con un alma inmortal mago [maggu] o guaya [wayya] hijo del sol que también continuaba viva con similares padeceres. Es por ello que la población seguía manteniendo un profundo vínculo con los espíritus de los ancestros y se cuidaban mutuamente. 

«â el alma tenian por immortal hija de Magec, que padece afanes, congojas, angustias, sed, y hambre, y llevanles de comer alas Sepulturas los maridos alas mugeres, y ellas â ellos alas fantasmas llaman Magios ò hijos de Magec»

                                                                                                   Marín de Cubas (1694).

Se representaba a los Magos (espíritus) con forma de humo o nube. Foto: La Fortaleza.

Estas almas o espíritus de los antepasados andaban por los mares y se acercaban en ocasiones a la costa y los veían en forma de pequeñas nubes a las orillas del mar de madrugada en los días en torno al Solsticio de Verano. También podían encontrarse en algunos campos o bosques viviendo, entre ellos, algunos arrepentidos del mal hecho en vida.

Con respecto a la memoria sobre el origen de estas poblaciones amaziges del archipiélago sólo contamos con alguna referencia de los canarios que, según Marín de Cubas y otro autores como Frutuoso, procedían de los Montes Claros o del Atlante, es decir, la cordillera del Atlas o la cercana costa de Berbería.

 Calendarios y ritos

Representación de un rito en el Almogaren del Bentayga. Autor: Martín Robaina.

 Las fuentes documentales se hacen eco de algunos ritos y de un elaborado calendario que parecen corroborar algunas fuentes arqueológicas. Este calendario era fundamental para organizar el ciclo agrícola y ganadero. Las fechas más determinantes parecen haber sido los solsticios y equinoccios - especialmente el de verano – y la estación más seca de la cosecha; el Beñesmer

 Los ritos más importantes debieron ser los ligados a la petición de lluvias en tiempos de sequía ya sea a través de los baladeros en las cimas de las montañas o el célebre Aranfaybo de los bimbaches. 


«[...] y si con esta diligencia no llovía, uno delos naturales aquien ellos tenían por santo, íba al termino, y lugar que llamaban Tacuytunta, donde está una cueba, que decían Asteheyta, y metiendose dentro, éynvocando los ydolos, salía de dentro un anímal en forma de Cochino, que llamaban Aranfaybo, que quíere decír Medíanero, porque como aquellos gentiles vían quepor sus ruegos no alcanzaban lo que pedían, buscaban medíanero para ello; y a este Aranfaybo, que era el demonio tenían ellos en lugar de santo».

                                                                                                          Abreu Galindo (1590)

También las ofrendas de leche en las estaciones de cazoletas normalmente ubicada en montañas determinadas o al pie de las mismas, así como romerías bien documentadas en Gran Canaria. Las hogueras del solsticio de verano en el que se vertían ofrendas y sacrificios que invocaban con sus humos a los magios (espíritu de los ancestros) quedan documentadas en varias islas. Sin embargo, la fiesta principal, denominada al menos en Tenerife Beñesmer, era un encuentro popular donde se hacía paz incluso entre enemigos. 

 Espacios sagrados 

El Aho (leche) fue fundamental en los ritos religiosos. Foto: Abinque Iruene (Nicolás Trujillo)

 Aunque tradicionalmente en las religiones el templo es la propia naturaleza, en algunas islas se realizaron algunas pequeñas construcciones para el desarrollo de los ritos y ceremonias. El cronista europeo Gómez de Escudero ya señalaba que los mahoreros de Lanzarote y Fuerteventura tenían por templos algunas cuevas donde realizaban sacrificios y agüeros. En Gran Canaria, Marín de Cubas afirmaba que adoraban a Acoran en lugares sagrados como montes, cuevas, bosques, casas y riscos. 

 En el medio natural destacan las eminencias geográficas ya sean montañas, cimas o riscos. 


Algunos espacios sagrados conocidos

Ezero [Aẓeṛu]

-Tacuytunta

- Árbol Garoé

Venahoare [Wenahuware]

-Roque de Idafe

-Pico del Bejenao

Gomera [Ghumara]

-Fortaleza de Argodey

-Pico del Garajonay

Achineche [Acinic]

-Roque de Taborno

-Roque de Imoque

Canaria [Kanar]

-Montaña de Tirmac

-Montaña de Amagro

-Risco de Umiaya

-Roque de Bentayga

Erbanne [Arbanni]

-Montaña de Tindaya

-Montaña de Tacojayra (El Cardón)

-Montaña de La Muda

Tyterogaka [Titerughaka]

-Montaña de Tahíche


También algunos recintos como los efequenes [afakan] en Fuerteventura o los Almogarenes [almuggar] en Gran Canaria. En estos espacios encontramos en ocasiones algunos restos arqueológicos, especialmente comunes son las estaciones de cazoletas y canalillos que encontramos en varias islas. La importancia de estos lugares era tal que incluso juraban por ellos, destacando en Gran Canaria el de Humiaga, Amagro [Amagraw] y Tirmac [Ttirmaq]. 

 Algunos valores

Aunque practicaban la escritura, la transmisión cultural era eminentemente oral.
Foto: Abinque Iruene (Nicolás Trujillo).


 Conocer con exactitud los valores de las antiguas creencias no resulta fácil pues no existe fuentes escritas que aborden esta cuestión de manera pormenorizada. Sin embargo, en base al conocimiento que tenemos podemos concretar algunos valores y comportamientos aceptados. 

 Respeto a la naturaleza y vínculo profundo con el territorio: La existencia aislada y en estrecha relación con el entorno a través del conocimiento profundo y adaptación a los recursos limitados lo sugiere. Los santuarios en montañas, roques, riscos y cuevas evidencia una sacralización del paisaje. La tierra y elementos naturales no sólo fueron útiles para la supervivencia sino que debieron tener una importancia espiritual que limitaría su sobreexplotación. 

 Relación de respeto e intercambio con divinidades naturales y entidades: 

 A través de peticiones, ofrendas y rituales lo que implica una visión espiritual de la existencia de relación recíprocas. 

 Vínculo con los antepasados y el linaje familiar: 

 Las fuentes tanto documentales como arqueológicas coinciden en la importancia del linaje y la descendencia. Los ancestros no sólo jugaban un rol de legitimación social y territorial determinando estatus y pertenencia, sino que seguían en contacto e influyendo en la vida de los vivos. El culto funerario y el tratamiento a los fallecidos evidencian este hecho. Por lo tanto, la genealogía y la fecundidad es sacralizada honrando a los ancestros/as a través de rituales, ofrendas, memoria, etc. Esto debió incidir en la identidad individual que debió estar profundamente ligada al clan familiar, su historia y territorio. 

 Colectivismo 

 La importancia del clan familiar, los rituales colectivos y la necesaria ayuda mutua para sobrevivir debieron consolidar un valor profundamente comunitario a pesar de las desigualdades sociales. 

 Respeto a las personas mayores 

Las ancianas y ancianos en una cultura eminente oral son fundamentales para la transmisión de memoria, conocimientos y vínculo con los antepasados.

 Relevancia social de la mujer 

 Si bien no podemos hablar de un matriarcado, las fuentes documentan bien la importancia social de la mujer que llega jugar roles políticos y religiosos de importancia. 

Guerreras Ahoares. Foto: Roberto Melo.

 Valentía y fuerza 

 El carácter guerrero y las prácticas deportivas derivadas de estas poblaciones queda bien documentado, de hecho, la fama de estos guerreros propicia que fueran incluidos en las mismas tropas castellanas tanto en el archipiélago como en el continente. 

 Hospitalidad 

 Las fuentes también documentan la hospitalidad de los antiguos isleños siempre y cuando los extranjeros arribaran pacíficamente. Así los náufragos y viajeros europeos eran acogidos, alojados, alimentados y respetados siempre y cuando no fueran percibidos como una amenaza. Lo mismo ocurría entre los propios isleños, especialmente en eventos especiales como el Beñesmer por lo que podemos inferir que el propio acto de ofrecer comida al visitante, viajero o amigos y familiares, un carácter casi sagrado. 


Texto líbico-bereber grabado por los antiguos gomeros. Foto: Tarek Ode.

 Conclusiones 

 La religión, o creencias religiosas, de los pueblos amaziges del archipiélago canario no fue un conjunto de supersticiones primitivas como fue interpretada históricamente por la visión colonial sino que constituyó un sistema espiritual complejo y diverso pero coherente y profundamente enraizado en la naturaleza, el territorio y la comunidad. A pesar de la limitación de las fuentes históricas y la inmediata imposición forzada del cristianismo, la arqueología, la etnografía, la lingüística y los relatos de cronistas permiten reconstruir con cierta fiabilidad aspectos clave de su cosmovisión. 

Esta creencia de los antiguos isleños fue parte esencial de su identidad y su resistencia cultural. Indagar en ella no solo nos permite recuperar una memoria silenciada por siglos de colonización, sino también vislumbrar otros modos de entender la existencia, el tiempo y la relación con la tierra. En tiempos de crisis ecológica y desconexión cultural, su legado espiritual ofrece claves valiosas para repensar el presente y el futuro desde nuestras raíces. 

REFERENCIAS 

  • Barrios Garcia, J. Sistemas de numeración y calendarios de las poblaciones bereberes de Gran Canaria y Tenerife en los siglos XIV – XV. -
  • Ramos Martín, J. Tejera Ramos, A. La concepción de la divinidad entre los antiguos libios. 
  • Reyes García, I. Caracterización sucinta de la cosmogonía ínsuloamazighe. 
  • Reyes García, I. Diccionario ínsuloamaziq.
  • Tejera Gaspar, A. Las religiones preeuropeas de las Islas Canarias. 
  • Tejera Ramos, A, Ramos Martín, J. Las creencias astrales de los antiguos libios.



29 jul 2025

Bentor, el último mencey guanche

Monumento a Bentor. Foto: Crónicas portuenses.

IZURAN/Rumén Sosa. Bentor, Ventor o Bentorey fue el último mencey (rey) de Taoro y de Tenerife antes de ser la isla conquistada. Su recuerdo perduró puesto que prefirió quitarse la vida derriscándose que rendirse ante los conquistadores castellanos. 

 Ventor era hijo de Benitomo de Taoro, el mencey más poderoso de la isla de Achineche. Este mencey fue además el principal líder de la resistencia guanche a la conquista castellana conocida como “bandos de guerra”, una coalición de menceyatos o reinos del norte de la isla que rechazaron pactar con los invasores. Por lo tanto, Bentor fue descendiente del primer rey de la isla conocido como Tinerfe en Grande. 

Panorámica del Valle de Taoro con Tigaiga al fondo y el Teide en lo alto en la primera mitad del siglo XX.

Bentor participó con su padre en las batallas en defensa de su patria frente a los conquistadores. Tras la muerte de su padre en la Batalla de Aguere (La Laguna) en noviembre de 1495, Bentor sería elegido por los guanches de Taoro como su sucesor, liderando también los bandos de guerra. Tras ello, el capitán castellano de la conquista Alonso Fernández de Lugo envió como emisario a Tenesor Semidan (Fernando Guanarteme) a pactar con Bentor con la intención de que se rindiera y se convirtiera al cristianismo. Por ello sabemos que el rey grancanario sabía la lengua guanche, es decir, la variedad amazige de Tenerife. La respuesta del último mencey fue negativa siendo transmitida por el Guanarteme a los conquistadores. 

el Adelantado (…) mandó ir á el dicho guadnarteme á el Rey Ventor hijo del rey Venitomo, á le requerir que se diese é tornase cristiano (…) y le fabló, porque sabía la lengua de guanches, é volvió (…) diciendo que el dicho Rey Ventor no se quería dar

                                                                            Trejo y Carvajal (1891 [1526]), p. 215.


En la segunda batalla de Acentejo en diciembre de 1495, los guanches que resistían liderados por Bentor, fueron derrotados por los conquistadores. Como consecuencia, Bentor se retira con sus guerreros hacia los riscos de Tigayga, en el extremo occidental de Taoro donde acabaría con su vida derriscándose antes de entregarse. Tras estos hechos, la resistencia guanche se desmorona culminando en la rendición de los menceyes de los bandos de guerra en el acto de sumisión la conocido como la Paz de Los Realejos. Así se daría por finalizada la conquista castellana de Tenerife y de toda Canarias en julio de 1496. 

"Derriscándose prefirió la muerte a someterse a los conquistadores castellanos"

Significado del nombre

En las fuentes documentales se denomina al último mencey como Bentor, Ventor o Benteorey. Para Reyes García, este antropónimo procede de la raíz amazige B-N-T-R que se concreta en el término ăbəntər ‘hecho de ser derribado (por un golpe) (persona o animal) y reconstruye el término como Bəntər que significaría de modo figurado ‘despeñado’. Nosotros creemos que este antropónimo puede tener relación también con la raíz N-Ḍ-R y con el verbo enḍər o enṭṭər 'saltar' o el nombre anṭṭər ‘hecho de saltar, salto’, por lo que podría traducirse como We-n-nṭṭər ‘el del salto’ (w > /ß/ > b, por consonantización).

Descendencia de Bentor


"Aunque el apellido se perdió, entre los canarios actuales hay descendientes de su linaje."
Al parecer Bentor dejó al menos dos hijos como descendientes; un niño y una niña. Con respecto a su hijo, supuestamente bautizado como Cristobal Hernández, fue esclavizado por Alonso Fernández de Lugo y aunque su hermana lo comprara este acabaría volviéndolo a secuestrar para venderlo a un vecino de La Palma llamado Diego de Llanos. Finalmente, sería liberado en junio de 1521 por Cristóbal Hernández, un guanche que posiblemente fue su tío. 

Su hija fue Ana Gutiérrez, que casaría con Martín de Mena de probable procedencia portuguesa. De este matrimonio, tuvo descendencia que propició que algunos de sus nietos portaran su nombre como Ana Bentor de Mena y Antón de Mena Benchorhe. Aunque este apellido se perdió, entre los canarios actuales existen no pocos descendientes de su linaje. 

Además, algunas familias canarias aún portan el apellido Bencomo por ser descendientes de menceyes guanches que, en su recuerdo, decidieron conservar este apellido del que fue el principal mencey de la isla.

Herencia e influencia en la sociedada canaria

Algunos asistentes al homenaje anual a Bentor este año 2025.

En su breve vida, el hijo del gran Benitomo siguió el ejemplo de su padre. Así, en un suicidio ritual prefirió la muerte a someterse a los conquistadores castellanos. Esto fue importante no sólo por el gesto simbólico en sí mismo que trasciende los siglos, sino porque fue el acontecimiento clave que dió por terminada la conquista europea de la isla y de toda Canarias. Y de la importancia de este hecho debió ser consciente el mismo Bentor en aquel momento.

Al pie de los riscos de Tigaiga donde se derriscó, se fundó el pueblo de Los Realejos donde se establecieron las huestes de Alonso Fernández de Lugo para finalizar la toma del Menceyato de Taoro y de toda la isla. Es allí donde celebró el acto de sumisión de los últimos menceyes de los bandos de guerra a Castilla conocida como la Paz de Los Realejos. Así se fundó esta localidad tinerfeña sin ser casualidad que su santo patrón católico fuera Santiago Apóstol, principal figura católica invocada por los castellanos en sus conquistas contra los pueblos no cristianos.

Tras siglos de olvido, en la segunda mitad del siglo XX, se empieza a recuperar y valorar la Historia de Canarias y a recordar a los guanches y sus personalidades más destacadas. Coincidiendo con el quinto centenario de su muerte en julio de 1996, se erigió un monumento en el Mirador del Lance, en los riscos de Tigaiga, en recuerdo a Bentor de Carmen Luis León que intenta representar el dramatismo del momento. Cada año, en el último domingo de julio se realiza un acto en homenaje al último mencey que parte de la Plaza de Tigaiga y se camina hasta el Lance tocando un tajaraste. A los pies del monumento, se suele hablar de Bentor y homenajear a alguien que haya destacado por su labor en defensa de la cultura canaria. Por último, suele haber exhibiciones de juego del palo canario.

Por último, cabe destacar que hay familias canarias que han decidido poner a sus hijos varones su nombre, por lo que ya hay niños y jóvenes canarios que portan orgullosos el nombre de Bentor, el mejor homenaje al último mencey guanche

REFERENCIAS 

  • La familia del rey Bentor. Leopoldo de la Rosa (1977) 
  • Ascendencia guanche: los Mena de Tenerife y Gran Canaria. Faneque Hernández y J.R. García Torres (2013) 
  • Los límites del Menceyato de Taoro. 
  • Diccionario ínsuloamazique. I. Reyes García. 
  • Dictionnaire Berbère tachelhiyt – français. H. Stroomer